Ha sido un buen dÃa de vocación. Estoy ahora en un encuentro de los que van a profesar los votos perpetua que empezó desde ayer. La mañana h...
Ha sido un buen dÃa de vocación. Estoy ahora en un encuentro de los que van a profesar los votos perpetua que empezó desde ayer. La mañana ha sido una buena experiencia de recorrer de nuevo la llamada de Dios a mi y la historia de su salvación en mi vida. Toda la tarde nos reÃamos con las experiencias graciosas de cada uno de nosotros. Nos reÃamos de la manera que Dios nos llamó. Es una maravilla escuchar los acontecimientos de cada uno, y de como ell@s habÃan sido llamados en este vida religiosa. Me hace feliz escuchando de que ell@s están felices y contento de ser religios@s aunque sea el mismo "ser religios@" es una cuestión que el resto del mundo no entiende y muchas veces les odian. Me hace feliz de que cada uno fue y sigue siendo tocado por Dios para amarle y para amar a su prójimo. Me hace feliz el saber de que Dios está haciéndoles felices en la vida aunque a veces les cuesta, no entendÃa lo que pasaba en su vida, no veÃa claro la llamada y la respuesta a esta llamada.
Al final del dÃa fuimos a jugar fútbol - las monjas, que eran mas o menos 15, contra los cinco seminaristas y un cura (por eso claro ganaron). Nos reÃamos un rato jugando con el balón, con toda las consecuencias del jugar el fútbol, hasta que llegó la hora de completas. Lleguemos a la capilla, chorreando, felices y contento por lo que ha pasado este dÃa.
Al final, creo que la definición de la vocación que intentábamos definir está mañana, ha tenido su razón a lo largo del dÃa. La definición que nosotros 35 participantes, de 17 paÃses, de 22 o 23 congregaciones hicimos fue: una llamada gratuita y respuesta gratuita al proyecto de amor de Dios que nos lleva a la felicidad. QUE NOS LLEVA FELICIDAD. Pues sÃ, esa frase ha tenido su sentido hoy.
Aún recuerdo ese dÃa, que risa (ja,ja,ja)
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