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HIDE

¿Qué hace un hombre feliz?

Este año me tocó el apostolado cada viernes por la tarde con las personas especiales en una institución cerca de nuestra casa. Yo tenía much...

Este año me tocó el apostolado cada viernes por la tarde con las personas especiales en una institución cerca de nuestra casa. Yo tenía mucho miedo y tantas inquietudes cuando me dijeron que iba a tener ese apostolado. En primer lugar, porque sé que no hablo bien en castellano y si la gente normal no entiende lo que estoy diciendo, como lo que estás leyendo ahora, pues mucho más a estas personas especiales. En segundo lugar, porque mis hermanos que estaban con ellos el año pasado fueron muy bueno, muy muy bueno que ahora es muy difícil superar y alcanzar los programas que ellos hacian con los chavales. En tercer lugar, porque mi compañero tiene cáncer y sé que habrá días en que él no pudiera venir conmigo a la institución por sus citas con el medico y me quedaría solo sin saber qué hacer. Y por último, porque no sabía qué hago yo con ellos.

Pues, ahora ya casi tres meses que estoy compartiendo mi vida con ellos y estoy feliz. Tres maravillosos meses que serán indeleblemente marcados en mi corazón.

Ellos y ellas me hacen preguntar muchas cosas, preguntas que tambien fueron preguntas de los grandes filósofos, pensadores y teólogos de los tiempos: ¿Dios de verdad existe? ¿Y si fuera Dios, que dicen que es un Dios que todo es perfecto en él, es el que ha creado todo lo que existe en el mundo, porqué creó cosas imperfectas? ¿Qué es la perfeción? ¿Cuando podemos decir que una cosa es perfecto? ¿Dónde está Dios? ¿Porque hay sufrimiento en la vida? ¿Por qué tantas problemas en el mundo? ¿Porque sufren los seres humanos? ¿y a ellos, por qué les ha dejado así? ¿De verdad el amor es necesario? ¿Cómo saber amar al prójimo? ¿Quién es mi prójimo? etc… etc…hay un mogollon de preguntas que se me rompa la cabeza. Y no sé si todavía tengo espacio en la cabeza para que Dios siga presente cuando rezo en la capilla. Y no sé si todavía sigo siendo un hombre de Dios o no. 
El misterio de la vida siempre será un misterio. A veces podríamos captar la realidad y muchas veces nos quedaríamos tontos y asombrados por la diversidad de experiencias en la vida.

Una vez estaba a lado de una de ellas. Estaba fijándome a lo que ella estaba haciendo. Ella estaba hablando en sí misma y a la vez parece que estaba hablando con alguien, con un imaginarío/a amigo/a quizás, lo que sé. A veces pienso que soy como ellos ya y empiezaba preguntar a mí mismo como un loco: ¿qué ella estaba diciendo? ¿Qué quería expresar? ¿Y por qué estaba muy feliz? ¿De verdad está feliz? ¿Qué le pasaba? Me parece que estoy volviendo más loco intentando en comprenderle.

Ellos son gente muy sencilla, inocentes, capaz de amarte, aceptarte. Son gente que por solo un beso o un abrazo ya le hace muy feliz. Son gente que no se olvide a su nombre quizás porque les has dado cariño o les has dado el sentimiento de una persona normal. Ellos se reían inmediatamente, se sienten amados por pequeños gestos. Qué paradoja que la gente normal, muchas veces, vive la contraria.

¿Qué hace un hombre feliz? De verdad, ¿alguien me puede responder a ese pregunta, es que, con las respuestas que tengo - Dios, relaciones, personas, dinero, lujo - no veo ninguna novedad. Son las mismas... y lo curioso es que no son lo que tienen ellos. ¿Qué? ¿Qué hace un hombre feliz?

Con este apostolado, me acordaba a Henry Nouwen. Sus escritos ahora son más palpables y más vivos para mí. Si no has leído su libro, busca el libro que hablaba sobre Adam. Os dejo el enlace de la página web de sus obras AQUÍ. Y os recomiendo a leer tambien el libro "Where is God when bad things happen?: Finding Solace in Times of Trouble" by Luis Palau, Steve Halliday. You can preview HERE
Volviendo a las inquietudes que tenía cuando me dijeron que ese iba ser mi apostolado este año, pues todas aquellas inquietudes desaparecieron en el primer día. No tengo que temer si no hablo bien español porque las palabras no eran necesarias. La presencia es lo más importante y es lo que ellos más necesitan. Yo quería enseñarles sobre Dios pero ellos me enseñaron a encontrar a Dios cara a cara. Yo quería presentar también dinámicas como lo hicieron Iñaki y sus compañeros, pero al final fue yo él que entró en la dinámica de Él. Quería darles el sentimiento de un ser humano, de una persona normal pero ellos me hicieron más humano y más persona que nunca. La felicidad que ellos me están dando es una felicidad que no lo sé cómo explicarlo y de donde venía.

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