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HIDE

Subir y bajar

Tuve la oportunidad de subir de nuevo a la Sierra Nevada este año. Estábamos deseando a subir al Mulhacen pero al final fuimos al Veleta por...

Tuve la oportunidad de subir de nuevo a la Sierra Nevada este año. Estábamos deseando a subir al Mulhacen pero al final fuimos al Veleta porque mis hermanos tenían que estar en casa por la tarde para atender a los mayores. Era día de la transfiguración. Era mi último día en Granada. Era el ultimo día en la montaña. Es la hora para bajar a la ciudad, a enfrentar la realidad. He querido subir para bajar. En la cima, he rezado para todos y para este planeta preciosa. He rezado por ti.

Mi estancia en España ha sido una experiencia de subida, un tiempo para aprender muchas cosas, vivir en las nubes, pensar en lo ideal de la teología, mirar hacia arriba, llenar la cabeza de palabras y ideas. La subida no era tan fácil porque había momentos en que sentía que me ahoga y se me acaba el aire. No soy bueno en exámenes. Me costaba expresar en las clases y en la comunidad por razones de idioma. Los pinchazos de las rocas y las yerbas salvajes me hizo una vez o dos a olvidar ya de subir mas allá o a veces quejarme de lo que está pasando en mi vida. Hubo muchas situaciones a lo largo de estos tres años en Granada que me hicieron quejarme en la vida y de este camino: la situación de mi madre (de su salud, de la pobreza que tenemos, del problema por que ella está sola), las crisis espirituales, el suspenso en algunas asignaturas, etc etc.

Curiosamente, durante la subida y bajada el hermano de Ana sacaba fotografía de las cosas que no pertenecían a la montaña: latas, papel, plásticos, señales rotos, edificios abandonados, etc. Y eso me hizo reflexionar. Yo quería preguntarle, "y porque no nos saca una foto, nosotros no nos pertenecemos tampoco a la montaña." Pero al final no le pregunté. Así que si lo lees esto por casualidad, quizás me contestarías.

Nosotros no nos pertenecemos a la montaña pero la montaña es parte de nuestra vida. Deberíamos saber cuando y como subir y deberíamos saber y tener en cuenta de que hay que bajar para vivir mejor la vida. En la cima el cuerpo se hincha, las bolsas de patata frita y otras comidas también se hincha. Si subimos mas, no nos aguantaremos la presión y seguramente en algún punto, como los globos que se escapa de las manos de los niños cuando llega mas allá de las nubes, nos explotaremos y "goodbye" a la vida preciosa.

Hay que bajar, aunque a veces nos cuesta porque significa que hay que dejar algo preciosa: gente, amigos, experiencias, vista, seguridad, tranquilidad, etc. Pero al bajar, deberíamos llevar la basura que hemos traído a lo largo de la caminata para reciclarla abajo. Deberíamos llevar la experiencia y las cosas que hemos llevado o encontrado arriba para usarlas en la vida diaria. Y así seremos pequeños montes en el plano y aunque estemos en la ciudad.

A veces somos las montañas que sirven como gloria o muchas veces barreras a los demás. También hay muchas personas que son montañas de nuestra vida, difícil cruzar o moverse. Ya sabes que hay que hacer si quieres mover a esa persona: reza por él in ves de usar un bulldozer. Déjate de ensuciar la montaña con tus basuras (palabras fuertes, envidias, etc.). Y así el hermano de Ana, ya tendría mas fotos de la vida en la montaña que las basuras que tiras en ella. Y tu serás feliz en tu vida.


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