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HIDE

Discernimiento

Ya estaba en el ultimo de la carrera de ingeniero de informática cuando me tocó a cambiar la dirección de la carretera. Yo era un mi...



Ya estaba en el ultimo de la carrera de ingeniero de informática cuando me tocó a cambiar la dirección de la carretera. Yo era un miembro activo del equipo pastoral juvenil de mi parroquia y de la diócesis. Me encantaba las actividades sociales y la formación de los jóvenes que la diócesis hacia y organizaba. A los dos años de estar con ellos, me enviaron a ser formado en la formación de los jovenes. Y por esta razón tuve la oportunidad y experiencia de viajar y conocer casi todo los jóvenes de cada parroquia de los tres vicarios de la diócesis hasta de la metropolitana. He podido conocer las realidades de diferente perfiles de jóvenes y sus aspiraciones en la vida.

Al encontrar con estos jóvenes, y al poder entrar en los bosques, al caminar a los lugares remotos, el amor que tenía yo al ordenador, a la riqueza que quería obtener, y el amor que tenía a mi querida niña fueron transformados al amor a la Palabra y al final al amor a Dios y su Pueblo. Dejé poco a poco la prioridad de los estudios y la gana de saber más de los circuitos de electricidad en el “motherboard” hasta que se quedó como más importante para mi el saber más sobre los circuitos de la vida y de la Palabra en el “Mother Church.”

El cambio no era fácil ya que soy un hijo único, mimado, y travieso. Tuve que Decidir en primer lugar a ser servidor de la Palabra y no ser administrador de los servidores de redes y ordenadores. Pero el ser o no ser no era el unico cuestión. Sino era más. Tuve que Intuir o imaginar lo que podría pasar. Era muy importante el Saber lo que estaba haciendo y lo que pudiera suceder. Tuve que Compartirlo a mis padres que lo tomaron fatal. Claro, como soy el único que puede llevar el nombre de la familia, el pequeño y el grande de la familia, ahora me está convirtiendo en el hijo prodigo. Se lo compartí a mis amigos y lo tomaron como un cachondeo, y cuando se lo dí a los jóvenes, menos mal que lo tomaron algo como un modelo de servicio. Lo compartí con el mio director espiritual per averiguar si yo estaba volviéndome loco en aquellos momentos y menos mal que lo afirmó que el ser loco por Cristo no es nada malo.

También tuve que Encomendar mi vida a Dios, dejándole llevarme donde Él quiere llevarme. Por eso ahora estáis leyendo este trozo de tonteria. Tuve que Renunciar y Negar muchas cosas no por ser masoquista  sino por la generosidad y por ser capaz de aceptar nuevas acontecimientos. Tuve que Investigar para Mejorar mi vida e Integrar un nuevo chip, una nueva tarjeta de memoria y vivir en una vida en “beta.”

En fin, el discernimiento no se hace en un día sino en Eterna y que se re-Nueva cada día. Y todo esto lo hacía en  Thanksgiving” y en la Oración. Después de todo eso, ¿qué he tenido? Nada. No me ha cambiado ni perder mi ser Luis III.  Sino, al decidir a ser misionero he asumido y descubierto otra capacidad de amar a Dios y al prójimo. ¿Qué ha pasado con la informática? Pues nada sigue siendo la misma, pero ya está puesto al servicio de la Palabra. Y así Dios llega hasta los cables óptica que te encanta.
 

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