Page Nav

HIDE

La Identidad de Jesucristo

La Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios (Jn 1,1). El proceso de descubrimiento de la identidad de Jesús de parte de la primitiva c...

La Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios (Jn 1,1). El proceso de descubrimiento de la identidad de Jesús de parte de la primitiva comunidad a la luz de la experiencia de la Resurrección.

La identidad de Jesús fue descubierta desde una reflexión gradual que comienza desde la experiencia de la Resurrección y no con el orden que los libros del Nuevo Testamento está puesto. La reflexión se hace desde dos manera: desde el estado gloriosa y la condición divina del Resucitado; y desde la identidad personal de Jesús y su filiación divina mediante un proceso de retro-proyección.

La CRISTOLOGÍA PALESTINA es la PAROUSIA. Jesús habría destinado a ser el Mesías glorificado solo después de su vuelta escatologica. La combinó desde el principio la glorificación de Jesús en la resurrección con su vuelta escatologica en la parousia. Jesús fue glorificado y exaltado por y en su resurrección de entre los muertos por obra del Padre.

La proclama del Cristo Resucitado en el Kerygma Primitiva se puede encontrar en 1 Cor 15, 3-7 que es la paradosis de Pablo del reino y de las apariciones de Jesús; en Rom 1, 3-4 una Cristología donde la carne y el espíritu se refieren a las dos etapas del acontecimiento de Cristo; 1 Tim 3, 16 donde la carne y el espíritu apunta de nuevo a la kenosis y a la glorificación de Jesús.  El misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesús constituye el centro del KERYGMA. La resurrección señala el imagen de Jesús en el estado escatológico. Pero este Kerygma mas antiguo se dirigía a los judíos, y contiene muchos referencias a la fe de Israel y a la época mesiánica. Si queremos entender nuestro fe en Cristo de hoy y de como ha llegado en la que creemos hoy, habrá que buscar de cómo se expresó por primera vez la fe cristiana en Jesús, la primera forma específicamente cristiana de presentar a Jesús y su misterio y ya el proceso que siguió. Tomaremos a Lucas como ejemplo. En el Hecho de los Apóstoles encontraríamos el Cristo de Pedro: Hch 2, 22 - 36.

La característica del Kerygma Primitivo en primer lugar es una CRISTOLOGÍA PASCUAL centrada en la resurrección y la glorificación de Jesús por obra del Padre (HcH 5,31). La resurrección de Jesús es la plenitud de la revelación divina. Segundo, afirma la novedad y la discontinuidad. Es el Señor resucitado es el que fue crucificado - asigna un significado salvífico. Tercera, se mantiene la continuidad entre la vida terrena de Jesús y su acción salvífico post-pascual. El Kerygma Primitivo descubre la verdadera significado: las palabras, obras y oración de Jesús son las prefiguraciones de la acción salvífica del Resucitado que la preparaban y la que conducían.

La Parousia es la acción de Dios, en Jesús, a favor nuestro. Y CON ESTA CRISTOLOGÍA PASCUAL NACIÓ LA CRISTOLOGÍA, EN ELLA ENCONTRAMOS LA ETAPA INICIAL DE UN DISCURSO  REFLEJO Y ORGANIZADO SOBRE EL SIGNIFICADO DE JESUCRISTO PARA LA FE CRISTIANA. Este primer discurso CRISTOCÉNTRICO aparece ahora enfrentado al TEOCENTRISMO. El que había anunciado a Dios y a su Reino se ha convertido en el objeto de la proclamación: la Iglesia ahora es el mensajero del Reino.

Desde aquí llegamos y podemos hablar sobre los TÍTULOS MESIÁNICOS que brotaron desde aquel Cristología Pascual. Él es "EL CRISTO" "EL SEÑOR".

Si Jesús se ha convertido en el centro, puesto que Dios mismo lo colocó allí mediante la resurrección, el nunca sustituye a Dios ni toma su puesto, pues Dios dio a Jesús la humanidad a fin de que, una vez exaltado pudiese atraer a todos a sí (Jn 12, 32): Jesús es "EL MEDIADOR", EL CAMINO, mientras Dios sigue siendo la meta y el fin (Jn 14, 6). Los desarrollos posteriores CONDUCIRÁN a la consideración de su "PRE-EXISTENCIA" y en consecuencia, a un CRISTOLOGÍA de la ENCARNACIÓN. La primer Cristología se puede definirse como una Cristología desde abajo, pues parte de la realidad humana de Jesús, transformada gracias a su resurrección, y no de la pre-existencia del Hijo de Dios hecho hombre.

En este hay que tener cuidado en los DOS POSICIONES FALSAS: 1) Cristología primitiva no tiene en cuenta la condición divina de Jesús. 2) Deificación del hombre, de Jesús.

Por tanto el termino SEÑOR se aplica a Jesús para indicar que el Señorío se aplica a Dios sobre el pueblo se extiende ahora mismo a Jesús. Jesús nunca fue deificado para los primeros Cristianos. Su verdadera identidad fue manifestado por Dios en su resurrección y fue reconocida en la fe de la Iglesia primitiva. La Cristología del Kerygma primitiva es esencialmente SOTERIOLÓGICA, está centrado en el significado que tiene para la salvación de los hombres. La Cristología del Kerygma primitivo era funcional: se trata de una reflexión sobre Jesús, considerado en las funciones que ejerce hacia nosotros. Y esto luego evolucionará hacia una cristología  ontológica donde se extenderá a Jesús tal como es en sí mismo y a su persona en relación a Dios. Jesús como el Hijo de Dios.

HIJO DE DIOS se refería a la filiación única, ontológica y divina de Jesús. En Lucas 1,32: en el encuentro de la infancia dice solamente que el niño, nacido de María procede de Dios y que será llamado HIJO DEL ALTÍSIMO. No se refiere a la filiación eterna y divina de Jesús en su pre-existencia, sino solamente al hecho de que Jesús procede de Dios desde su mismo nacimiento. La virginidad de María solo es un signo divino de que Jesús proviene de Dios, desde su existencia terrena.

Y este afirmación nos lleva a las nuevas intuiciones Cristologías (Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Ef 1,3-13). Llegamos ahora en la afirmación que Jesús era Dios. Volver atrás al mismo comienzo de la vida terrena de Jesús llevó a los evangelios sinópticos a afirmar el origen divino de su nacimiento humano, del bautismo, el comienzo de su ministerio, de las teofanías, el significado de la transfiguración.

Lo que pasa es que al pensar en esto, también hubo el problema de que el hombre no puede llegar ser a Dios ni puede ser hecho Dios, aun por Dios mismo. Por eso está afirmado de que la condición divina de Jesús era un reflejo en su ser humano de la identidad divina que le era propia en su pre-existencia con Dios. EL HOMBRE NO PUEDE LLEGAR A SER DIOS, PERO DIOS PUEDE HACERSE HOMBRE. Esto es lo que descubrieron con estupor y maravilla y lo proclamamos con alegría al mundo entero.

Desde todo esto surgió dos Cristologías complementarias: DESCENDENTE y ASCENDENTE. Vino de Dios, con el que pre-existía desde la eternidad, y a través del misterio pascual de su muerte y resurrección volvió a la gloria de su Padre. Pero es importante tener un desarrollo Cristológico completo, constituido por un movimiento descendente y ascendente: el famoso CARTA A LOS FILIPENSES 2, 6-11.

La compleja cristología neotestamentario de la filiación ontológica de Jesús con Dios confiere una expresión objetiva a la conciencia filial que está en el centro de la propia experiencia que Jesús tuvo de Dios durante su vida terrena. La oración de Jesús: ABBA. La cristología de la filiación de Jesús con Dios tienen y podía tener solamente como propio y último fundamento la conciencia filial de Jesús mismo: éste es su origen último.

Con el descubrimiento de la filiación divina de Jesús se abría un nuevo enfoque para el discurso de fe que tomaría como punto de partida la unión del Padre y del Hijo. Etc etc. Y la nueva planteamiento nos conduce ahora a la Cristología Neotestamentaria a su clímax.  El PROLOGO DE JUAN (Jn 1, 1-18) es el ÁPICE de la reflexión cristológica del Nuevo Testamento. La Cristología del prologo de juan es la respuesta Cristiana decisiva a la pregunta que Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Quien dices que soy yo? (Mt 16, 15). La Cristología con la que se cierre el Nuevo Testamento es una Cristología hacia abajo: la condición divina de Jesús se percibió y afirmó en primer lugar en el estado glorificado de su existencia humana. La Cristología que mana de este cambio completo de perspectiva es hacia abajo: parte del ser eterno del Hijo con el Padre para llegar a hacerse hombre en su misión terrena recibida de Dios y, a través de su misterio pascual, en su vuelta a la gloria del Padre. EL HIJO DE DIOS CONOCIÓ UNA CONDICIÓN HUMANA tal como lo tenemos Y HIZO SUYA LA HISTORIA HUMANA. La Cristología hacia arriba condujo a la Cristología hacia abajo, arrastrada por el dinamismo de fe.

LA REFLEXIÓN CRISTOLÓGICA TENDRÍA QUE SEGUIR SIEMPRE UN DOBLE CAMINO, DESDE ABAJO Y DESDE ARRIBA Y INTEGRAR AMBOS.

1 comment

  1. Visitandoles desde mi blog
    www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

    ReplyDelete